Las más altas instancias de la ONU escuchan a un inocente condenado a muerte

Normas internacionales

Publicado por Maria Donatelli, el 4 julio 2013

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos organizó el segundo debate sobre la pena de muerte el 28 de junio de 2013, titulado “Alejarse de la pena de muerte: los errores judiciales”.
El secretario general de la ONU Ban Ki-Moon abrió el debate declarando que “quitar la vida en nombre de la justicia es demasiado absoluto e irreversible”. También anunció que su próximo informe sobre la pena de muerte se centraría en el secreto que rodea la pena capital en ciertos países retencionistas.
El Secretario General adjunto de la ONU para los Derechos Humanos, Ivan Šimonovic, moderó el debate, que se centró en particular en el caso de los  West Memphis Three. Uno de los participantes, Damien Echols, fue condenado a muerte por triple asesinato y liberado tras pasar 18 años en el corredor de la muerte. Aunque se haya demostrado su inocencia, tuvo que aceptar declararse culpable de un crimen que no había cometido para conseguir una pena más leve.
Damien Echols declaró: “me han condenado a muerte no una ni dos sino tres veces, el juez leyó las tres sentencias con voz monótona como si se tratara de un día de oficina cualquiera, mientras que yo, tenía la impresión de estar recibiendo tres puñetazos en la cara.”
También describió las torturas a las que fue sometido en prisión y denunció un sistema que ni funciona ni respeta las normas que se deberían de aplicar en los países que siguen recurriendo a la pena de muerte.
El profesor Brandon L. Garrett, autor del libro Convicting the Innocent: Where the Criminal Prosecutions Go Wrong, también habló de los errores judiciales en Estados-Unidos.

Errores judiciales en Asia, en el Caribe y en África

Saul Lehrfreund presentó casos judiciales en Asia, el Caribe y África. El co-director del Death Penalty Project, una organización miembro de la Coalición mundial, recalcó las dificultades a las que se enfrentan los abogados de países como Malawi o algunos Estados de la región del Caribe.
Explicó que aunque los sistemas judiciales de los países retencionistas pudieran alcanzar la perfección en un mundo ideal, la pena de muerte sigue siendo una forma de tortura que hay que abolir.
La presencia del secretario general era una respuesta a los llamados del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Navi Pillay, quien reclamaba que se generara un debate sobre la pena de muerte en las Naciones Unidas. Navi Pillay reiteró su oposición a la pena de muerte en cualquier circunstancia, invocando el “carácter fundamental del derecho a la vida, el riesgo inaceptable de ejecutar a inocentes por error, la ausencia de pruebas del carácter disuasivo de la pena de muerte, y (…) el carácter vengador inapropiado de dicha sentencia”.
Este debate era la continuación de un primer evento sobre la pena de muerte que tuvo lugar en 2012 y se centró en las experiencias nacionales. Kirk Bloodsworth de Witness to Innocence y Maiko Tagusari de Center for Prisoners’ Rights, ambos pertenecientes a la Coalición mundial, se expresaron en esta ocasión.
El debate seguirá en el periodo previo al informe 2014 del Secretario general ante la Asamblea General de la ONU sobre la aplicación de la resolución relativa a la moratoria sobre el uso de la pena de muerte y una posible quinta resolución sobre la cuestión.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos concluirá esta serie de debates sobre la evolución hacia la abolición de la pena de muerte, tratando dos temas claves: la disuasión y la discriminación.

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