Condenas a muerte y ejecutiones 2017

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Publicado por Amnistía Internacional, el 12 abril 2018

Cifras globales

La investigación llevada a cabo por Amnistía Internacional señala una nueva disminución del uso global de la pena de muerte en 2017, respecto a las elevadas cifras registradas para el total de ejecuciones en 2015 y las condenas a muerte en 2016. El número de países que llevaron a cabo ejecuciones e impusieron condenas a muerte siguió siendo similar a las cifras registradas en los últimos años. Dos países abolieron la pena de muerte para todos los delitos, y un tercero se convirtió en abolicionista para los delitos comunes, como el asesinato. Varios países más tomaron medidas para restringir el uso de esta pena. Al terminar 2017, 106 países habían abolido la pena de muerte en la ley para todos los delitos, y 142 la habían abolido en la ley o en la práctica.

Estas cifras reafirman, una vez más, la tendencia global hacia la abolición de la pena capital. Únicamente una minoría aislada de países siguió recurriendo a las ejecuciones. Tan sólo cuatro países fueron responsables del 84% del total de ejecuciones registradas en 2017.

África, el próximo continente abolicionista

El ejemplo de esta tendencia positiva fue la región del África subsahariana, donde Amnistía Internacional registró una disminución del número de países que llevaban a cabo ejecuciones —de cinco en 2016 a dos en 2017— y presenció un considerable descenso en el número de condenas a muerte impuestas. Además, Guinea abolió la pena de muerte

para todos los delitos, y Kenia abolió la pena de muerte preceptiva para el asesinato. El número de países abolicionistas de la región asciende ahora a 20, desde tan sólo uno en 1981, año en que el primer país abolió esta pena.

La tendencia hacia la abolición de la pena de muerte obligatoria para los delitos relacionados con las drogas

Amnistía Internacional registró una notable disminución en el total de ejecuciones llevadas a cabo por delitos relacionados con las drogas. Además, Irán y Malasia — dos acérrimos partidarios del uso de la pena capital para delitos relacionados con las drogas —  adoptaron enmiendas legislativas que podían reducir el uso de la pena de muerte preceptiva para estos delitos.

Estas importantes novedades confirmaron que el mundo ha pasado un punto de inflexión y que la abolición del exponente máximo de pena cruel, inhumana y degradante está al alcance de la mano.